Habla Don Jaime Gil de Biedma
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Convertirme en el susurro involuntario
que se cae de la tarde silenciosa.
Esconderme en el espacio indefinido
donde alojas la mirada más ausente.
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Ser conciencia de los días otoñales,
suicidarme cada tarde entre sus hojas.
Sorprenderte detenida en una acera
suspirando al ver los árboles desnudos.
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Deambular entre los antros más oscuros
descansar quizá en el fondo de los vasos.
Respirar entre la alfombra y las butacas
mientras haya alguna obra en el teatro.
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Convertirme en el susurro involuntario
que se cae de la tarde silenciosa.
Esconderme en el espacio indefinido
donde alojas la mirada más ausente.
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Ser conciencia de los días otoñales,
suicidarme cada tarde entre sus hojas.
Sorprenderte detenida en una acera
suspirando al ver los árboles desnudos.
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Deambular entre los antros más oscuros
descansar quizá en el fondo de los vasos.
Respirar entre la alfombra y las butacas
mientras haya alguna obra en el teatro.
Solo quise ser poema
para temblar en tus ojos;
yo no quise ser poeta.
Darío P. Carvajal