lunes, 6 de abril de 2009

Oda a la Hora

Otra vez volví a soñar contigo
estabas sola, tendida en el infinito,
vestías sedas de colores agitadas por el viento.

Había mucha gente de almas transparentes
que te miraba con los ojos huecos,
esperando una respuesta.

Tu cabello parecía huir de la escena
como queriendo alcanzarme,
yo dormía, pero tú, insistías en alcanzarme.

Es un sueño, me digo…

Tus manos giraban, con marcada precisión,
en torno a un eje, son las diez, las once, las doce…

Pronto las almas serán humanos conversando,
lamiendo los restos de su transparencia,
y sus huecos ojos obtendrán respuesta.

Ya son las tres, las cuatro, las siete…
hoy llegaré tarde, pero dime, ¿por qué girar
si el camino recto lleva al horizonte?

Te vi sonreír con gesto de amapola
difuminada entre la gente,
te vi soñar, tantas veces…


Magdalena Salamanca

2 comentarios:

Magdalena Salamanca dijo...

Gracias por la publicación del poema. Un saludo

Virginia Edit Perrone. dijo...

Darío, es éste uno de los Blogs en los que participás. Va como pregunta.
Me has visitado, has tenido la valentía de ser mi primer seguidor, y mi tal impericia tecnológica o falta de discernimiento no me permiten pesquizarte en tu o tus Lares.

Te dejo aquí mi mensaje, mi gratitud y un solapadísimo pedido de auxilio para que me ayudes a dar con tu o tus verdaderos Lares.
A quien corresponde, a Darío, dejo este mensaje como un papel navegando en una botella dentro de este mar de significantes y palabras.
Gracias.
Virignia.