viernes, 29 de agosto de 2008

Lloré



lloré:

Y mis lágrimas arrastraron simientes
y quedaron sepultadas
-secas-
bajo un río de piedras.

Grité:

y mi voz resonó,
y volvió,
muda y cansada
de rodar por laderas de montañas.
-apenas un eco tembloroso-

Callé:

Y el silencio
obscureció mi alma
y quedé perdido en la sombra
de las cosas inertes.

Caminé…
Darío P. Carvajal

No hay comentarios: