No puedo vivir sin ti,
si me faltas...
languidezco,
y me acabo
y agonizo
¡Bendita seas!
vida de mi vida,
fortaleza de mi persona;
tu que recorres
y que inundas todo mi ser,
¡Bendita seas!.
Te necesito a ti,
la cálida, la preciosa,
la que en perfecta proporción
me otorga
la vida.
¡Bendita seas!
alimento de mi cuerpo
y sustento de mi alma,
cálida llama
que inflama mi ser.
¡Bendita seas!
Amén.
María Jimenez
(de su blog La cueva de Azrael)